Una historia que seguro que no conoces

Hola, mi nombre es Miguel aún que mis amigos me llaman miguelito desde que los conozco.
Tengo ahora mismo la misma edad que tú que ahora mismo estas leyendo estas líneas.
Desde que nací tengo cero de estabilidad y no puedo mover las piernas; desde el momento que empecé a ir al colegio me dio miedo el estar con más gente que no iba en silla por que pensaba que ellos pensaban que yo era raro al ir en silla de ruedas. Una cosa es cierta, al principio les sorprendió el hecho de tener un compañero que va en una silla de ruedas; pero he de reconocer que se hicieron a la idea rápidamente, y que desde que los conozco ellos me han ayudado en todo lo que han podido pero también saben cuando le estoy echando morro al asunto y que puedo valerme por si mismo. Y aún que casi siempre han tenido que adaptar los planes para que estuviese con ellos, lo han hecho sin poner pega ninguna y han conseguido que la palabra "no puedo hacer esto" ya no figure en mi vocabulario.
A estos amigos les doy las gracias por que me han ayudado a formarme como persona y han conseguido que yo día tras día vaya al mismo ritmo que ellos.
Ahora bien todo favor que hacen yo se lo devuelvo; y como se puede devolver un favor tan grande, ellos se sorprenden a veces aún que ahora ya se han hecho un poco a la idea, pues sonriendo siempre cuando los veo aún que me cueste a veces por cansancio, o el estar pendiente de si necesitan ayuda en lo que sea.... Con esas pequeñas memeces son con lo que yo pago el favor tan grande que me hacen día a día; que es el favor de estar siempre a mi lado.
A los chavales pequeños que estén leyendo esto, si alguno va en silla y le pasa como al protagonista de esta historia, me voy a permitir darle un consejo; los amigos son lo mejor que hay en el mundo después de la familia, así que deja que te ayuden que no te miran mal ni mucho menos y no muerden, son personas las cuales si te dejas ayudar y saben como ayudarte lo harán siempre que los necesites.