Jaimito está recogiendo los juguetes que se quiere llevar de vacaciones. Hoy es un gran día para Jaimito. Hace una semana que empezó las vacaciones de verano, pero como todos los años desde que nació; tienen que permanecer en la ciudad durante la primera semana, ya que sus padres siguen trabajando esa semana. A pesar de que no verá a sus amigos hasta el último mes del verano a Jaimito le apetece ir a ver a sus abuelos al pueblo y pasar con ellos el verano como hace todos los años.
Mientras estaba recogiendo sus juguetes; su padre entró en la habitación y le pidió que se sentará en la cama, que tenían que hablar. Entonces el padre le dijo a Jaimito: « este año mamá y yo tendremos que quedarnos en la ciudad al menos unas semanas debido al trabajo, pero los abuelos te están esperando en el pueblo, saldrás para allá ahora en tren y la abuela te estará esperando en la estación.»
A Jaimito no le hacía ninguna gracia no poder estar con sus padres en los días de la semana familiar en el pueblo, pero como sabía que protestar no iba a servir de nada, decidió no malgastar saliva. Acabo de recoger los juguetes y se dispuso para que sus padres lo llevarán a la estación para coger el tren.
Jaimito estuvo todo el verano en el pueblo sin darse cuenta de que sus padres no estaban. Disfruto de cada momento con sus amigos de allí y de sus abuelos. El día de antes de regresar Jaimito le dijo a su abuela, que ya tenía ganas de ver a sus padres; a lo que su abuela le dijo: « es normal que tengas ganas, ya que los quieres y llevas mucho sin verlos; si no fuera así, me preocuparía.»
A la mañana siguiente se despidió de sus abuelos en la estación y volvió a casa; cuando se bajó del tren y vio a sus padres esperándolo se abalanzó sobre ellos y rompió a llorar.
— no llores campeón, ya se que ha sido duro para ti. Pero ya estás en casa y ahora ya no volveremos a separarnos así, a ver si el año que viene nos podemos coger vacaciones mamá y yo.
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